La sublimación se observa comúnmente en sustancias que tienen una alta presión de vapor, como el hielo seco (dióxido de carbono sólido), el alcanfor y la naftaleno. Estas sustancias pueden sublimar a temperatura ambiente o ligeramente por encima, liberando sus moléculas directamente al aire.
En entornos naturales, la sublimación juega un papel importante en el ciclo del agua. Ocurre cuando la nieve o el hielo de la superficie terrestre se transforma directamente en vapor de agua, sin fundirse en agua líquida. Este proceso contribuye a la formación de nubes y humedad atmosférica.