Las capas se designan con letras, comenzando con la capa más interna etiquetada como "K", seguida de "L", "M", "N", y así sucesivamente a medida que nos alejamos del núcleo. Cada capa puede contener un número específico de electrones. El número máximo de electrones que puede contener una capa está determinado por la fórmula 2n², donde "n" es el número de la capa.
Por ejemplo:
- La capa K (n =1) puede contener un máximo de 2(1)² =2 electrones.
- La capa L (n =2) puede contener un máximo de 2(2)² =8 electrones.
- La capa M (n =3) puede contener un máximo de 2(3)² =18 electrones.
A medida que pasamos a capas superiores, los niveles de energía aumentan y los electrones experimentan una atracción más débil hacia el núcleo. El llenado de las capas de electrones sigue ciertas reglas y patrones y determina la configuración electrónica de los átomos, lo que juega un papel crucial en la comprensión de sus propiedades y comportamiento químicos.