El disco Z está compuesto por una variedad de proteínas, incluidas la α-actinina, la desmina y la vinculina. Estas proteínas ayudan a entrecruzar los filamentos de actina y a mantener la integridad estructural del disco. El disco Z también contiene otras proteínas que participan en la regulación de la contracción muscular, incluidas la tropomiosina y la troponina.
El disco Z es un componente crítico del aparato contráctil del músculo y es esencial para el correcto funcionamiento del músculo. Sin el disco Z, los filamentos de actina no serían capaces de transmitir fuerza a los tendones y huesos, y el músculo no podría contraerse.