Según la ley de Boyle, la presión de un gas es inversamente proporcional a su volumen cuando la temperatura se mantiene constante. En otras palabras, a medida que disminuye el volumen de un gas, aumenta su presión y viceversa.
Cuando un gas se enfría, sus moléculas pierden energía cinética y se mueven más lentamente. Esto hace que ocupen menos espacio, lo que provoca una disminución del volumen del gas. Dado que el volumen del gas disminuye, la presión dentro del recipiente cerrado también debe disminuir para mantener el estado de equilibrio del gas.
Por lo tanto, cuando se enfría una muestra de gas en un recipiente cerrado, la presión dentro del recipiente disminuye.