Esto se debe a que estos elementos tienen una fuerte tendencia a perder o ganar electrones, respectivamente, para lograr una configuración electrónica estable.
Por ejemplo, el sodio (Na) del Grupo 1 reaccionará fácilmente con el cloro (Cl) del Grupo 7 para formar cloruro de sodio (NaCl), un compuesto iónico estable.