El término "hermético" proviene de la palabra griega "hermetikos", que significa "hermético". Los contenedores herméticos suelen estar hechos de metal, vidrio o plástico y se sellan mediante diversos métodos, que incluyen juntas, juntas tóricas y sellado al vacío.
Los recipientes herméticos son fundamentales para conservar los alimentos porque impiden la entrada de oxígeno, que puede provocar que los alimentos se echen a perder. El oxígeno también puede reaccionar con los nutrientes de los alimentos, provocando que pierdan su valor nutricional. Los envases herméticos también ayudan a mantener los alimentos frescos evitando la pérdida de humedad.
Los contenedores herméticos también se utilizan para almacenar productos químicos porque evitan la liberación de vapores peligrosos. Los productos químicos almacenados en recipientes herméticos también pueden protegerse de la contaminación.
Los contenedores herméticos son esenciales para proteger equipos sensibles porque evitan la entrada de polvo, humedad y otros contaminantes. Los equipos sensibles que se almacenan en contenedores herméticos también pueden protegerse de daños causados por vibraciones y golpes.
Los contenedores herméticos son una herramienta versátil e importante para conservar alimentos, almacenar productos químicos y proteger equipos sensibles.