Los inhibidores pueden funcionar de diversas formas, pero el mecanismo más común es uniéndose a un sitio activo de una enzima. Esta unión evita que la enzima catalice la reacción, lo que a su vez ralentiza la velocidad general de la reacción.
Los inhibidores pueden ser reversibles o irreversibles. Los inhibidores reversibles se unen débilmente a las enzimas y pueden desplazarse fácilmente, mientras que los inhibidores irreversibles se unen fuertemente a las enzimas y no pueden desplazarse fácilmente.
La fuerza de unión de un inhibidor a una enzima está determinada por varios factores, incluida la estructura del inhibidor, la estructura de la enzima y las condiciones de la reacción.
Los inhibidores se utilizan en una amplia variedad de aplicaciones, que incluyen:
* Controlar la velocidad de reacciones químicas en procesos industriales.
* Prevenir la corrosión de los metales.
* Detener el crecimiento de bacterias y otros microorganismos.
* Tratamiento de afecciones médicas, como el cáncer y el VIH/SIDA.
Los inhibidores son una herramienta importante para controlar reacciones químicas y pueden usarse para mejorar la eficiencia de los procesos industriales, prevenir daños a los materiales y tratar enfermedades.