La reactividad de los metales está determinada por su posición en la serie de reactividad. El hierro es un metal más reactivo que el zinc o el cobre, lo que significa que es más probable que experimente reacciones químicas, incluida la reacción con ácido sulfúrico. Como resultado, la reacción entre el hierro y el ácido sulfúrico libera más energía térmica, lo que provoca un mayor aumento de temperatura.
En resumen, la menor reactividad del zinc y el cobre en comparación con el hierro da como resultado una menor cantidad de energía térmica liberada durante sus reacciones con el ácido sulfúrico. Esto explica por qué el aumento de temperatura obtenido con el sulfato de zinc y cobre no es significativamente mayor que el del sulfato de hierro.