Los electrones tienden a asentarse en el estado de energía más bajo disponible para ellos. Esto significa que ocuparán los orbitales más cercanos al núcleo y tendrán menor energía. En un átomo, los electrones están dispuestos en capas, y cada capa contiene un número específico de orbitales. La primera capa, la más cercana al núcleo, contiene dos orbitales, mientras que la segunda capa contiene ocho orbitales, y así sucesivamente. Los electrones llenan estos orbitales de una manera que minimiza la energía total del átomo.