El magnesio (Mg) tiene un número atómico de 12 y su configuración electrónica es 2, 8, 2. Esto significa que el magnesio tiene dos electrones de valencia en su capa más externa. Para lograr una configuración estable, el magnesio tiende a perder estos dos electrones, lo que resulta en una carga positiva de 2+ (Mg²⁺).
El fósforo (P) tiene un número atómico de 15 y su configuración electrónica es 2, 8, 5. El fósforo tiene cinco electrones de valencia en su capa más externa. Para lograr una configuración estable, el fósforo tiende a ganar tres electrones, lo que resulta en una carga negativa de 3- (P³⁻).
Cuando los átomos de magnesio y fósforo se unen para formar un compuesto iónico, los iones de magnesio cargados positivamente (Mg²⁺) y los iones de fósforo cargados negativamente (P³⁻) se atraen entre sí debido a fuerzas electrostáticas. Para mantener la neutralidad eléctrica, la proporción de iones magnesio y fósforo en el compuesto debe ser tal que la carga positiva total de los iones magnesio sea igual a la carga negativa total de los iones fósforo.
La proporción más simple de iones de magnesio y fósforo que logra esta neutralidad eléctrica es 3:2. Esto significa que por cada tres iones de magnesio (3Mg²⁺), hay dos iones de fósforo (2P³⁻). La fórmula del compuesto iónico formado por átomos de magnesio y fósforo es, por tanto, Mg₃P₂.
En resumen, la fórmula del compuesto iónico formado por átomos de magnesio y fósforo es Mg₃P₂, que representa tres iones de magnesio (Mg²⁺) combinados con dos iones de fósforo (P³⁻) para lograr la neutralidad eléctrica.