Estas son las tendencias generales:
Metales: Los metales tienden a perder electrones durante las reacciones químicas, convirtiéndose en iones cargados positivamente llamados cationes. Esto se debe a que los metales tienen una electronegatividad relativamente baja, lo que significa que tienen una atracción más débil por los electrones. Al perder electrones, los metales alcanzan una configuración electrónica más estable con un nivel de energía exterior completo.
No metales: Los no metales, por otro lado, tienden a ganar electrones durante las reacciones químicas, convirtiéndose en iones con carga negativa llamados aniones. Esto se debe a que los no metales tienen una electronegatividad relativamente alta, lo que significa que tienen una mayor atracción por los electrones. Al ganar electrones, los no metales logran una configuración electrónica más estable con un nivel de energía externo completo.
El número específico de electrones que un átomo gana o pierde en una reacción química está determinado por su posición en la tabla periódica. Los elementos del mismo grupo (columna vertical) tienden a tener el mismo número de electrones de valencia, que son los electrones en el nivel de energía más externo, y por lo tanto tienden a sufrir reacciones químicas similares.
Por ejemplo, los metales alcalinos del grupo 1 siempre pierden un electrón, los metales alcalinotérreos del grupo 2 siempre pierden dos electrones y los halógenos del grupo 7 siempre ganan un electrón.
En general, la cantidad de electrones ganados o perdidos en una reacción química está determinada por la diferencia de electronegatividad entre los átomos involucrados. Cuanto mayor es la diferencia de electronegatividad, más probable es que la reacción dé como resultado la formación de iones.