1. Alta conductividad eléctrica y térmica: Los metales son excelentes conductores de electricidad y calor. Esto se debe a que sus átomos tienen electrones más externos débilmente unidos que pueden moverse libremente, lo que permite un fácil flujo de corriente eléctrica y calor.
2. Apariencia brillante y brillo: La capa externa de electrones de los metales refleja la luz, dándoles su brillo y lustre metálicos característicos.
3. Maleabilidad y Ductilidad: Los metales se pueden moldear y deformar fácilmente sin romperse. La maleabilidad se refiere a la capacidad de ser martillado en láminas delgadas, mientras que la ductilidad se refiere a ser estirado en alambres delgados. Estas propiedades son el resultado de sus fuertes enlaces metálicos y la capacidad de sus átomos para deslizarse unos sobre otros.
4. Sólido a temperatura ambiente (excepto mercurio): La mayoría de los metales son sólidos a temperatura ambiente, a excepción del mercurio, que es líquido.
5. Fuerza: Los metales son conocidos por su resistencia y durabilidad. Son resistentes a la deformación, lo que los hace adecuados para aplicaciones estructurales.
6. Alta densidad: Los metales generalmente tienen densidades más altas en comparación con los elementos no metálicos.
7. Reacción con el oxígeno: Muchos metales reaccionan con el oxígeno en un proceso llamado oxidación, formando óxidos metálicos. El óxido, por ejemplo, es una forma común de óxido de hierro que se forma cuando el hierro se expone a la humedad y al oxígeno.
8. Aleaciones: Los metales se pueden combinar con otros elementos para formar aleaciones, que tienen propiedades diferentes a las de los metales puros. Las aleaciones suelen ser más fuertes y resistentes a la corrosión que los metales puros.
9. Expansión térmica: Los metales generalmente se expanden cuando se calientan y se contraen cuando se enfrían.
10. Sonoridad: Muchos metales producen un sonido claro y resonante al golpearlos debido a su elasticidad.
11. Reactividad: Algunos metales, como el sodio y el potasio, son muy reactivos y pueden reaccionar vigorosamente con el aire o el agua. Otros, como el oro y el platino, son relativamente inertes.
Estas son algunas propiedades generales comúnmente asociadas con los elementos metálicos. Sin embargo, existen variaciones en las propiedades entre los diferentes metales y no todos los metales presentan todas estas características en la misma medida.