1. Se une a la hemoglobina: El monóxido de carbono tiene una mayor afinidad por la hemoglobina que el oxígeno. Cuando el CO está presente en el aire, compite con el oxígeno por los sitios de unión de las moléculas de hemoglobina en los glóbulos rojos. El CO se une a la hemoglobina para formar carboxihemoglobina (HbCO), lo que reduce la cantidad de moléculas de hemoglobina disponibles para transportar oxígeno.
2. Capacidad de transporte de oxígeno reducida: La formación de HbCO afecta la capacidad de la sangre para transportar oxígeno. Incluso en niveles bajos, el CO puede reducir significativamente la cantidad de oxígeno que los glóbulos rojos pueden transportar a los tejidos del cuerpo. Esto conduce a una condición llamada hipoxia, donde los tejidos y órganos reciben menos oxígeno del necesario para su funcionamiento normal.
3. Privación de oxígeno en los tejidos: La deficiencia de oxígeno en los tejidos debido a la exposición al CO conduce a la hipoxia celular. Las células no pueden generar suficiente energía y se alteran los procesos fisiológicos vitales. Los órganos particularmente sensibles a la hipoxia, como el cerebro y el corazón, corren un mayor riesgo de sufrir daños.
4. Entrega de oxígeno frente a afinidad: Si bien el CO tiene una mayor afinidad por la hemoglobina que el oxígeno, no se une de forma irreversible. En condiciones normales, cuando la concentración de oxígeno es mayor, el oxígeno puede desplazar el CO de la hemoglobina. Sin embargo, en presencia de altos niveles de CO, el equilibrio se desplaza hacia la formación de HbCO, incluso en ambientes ricos en oxígeno.
5. Piel rojo cereza: En casos de intoxicación grave por monóxido de carbono, la piel puede adquirir un color rojo cereza. Esto se debe a que la carboxihemoglobina tiene un color rojo más brillante en comparación con la hemoglobina oxigenada, lo que le da a la piel una apariencia rojiza.
6. Efectos a largo plazo: La exposición prolongada al CO, incluso en concentraciones más bajas, puede provocar problemas de salud crónicos. Puede causar daños al corazón y al cerebro, provocando deterioros cognitivos, pérdida de memoria y complicaciones cardiovasculares.
Por lo tanto, la exposición al monóxido de carbono puede afectar significativamente el suministro de oxígeno a los tejidos del cuerpo al reducir la capacidad de la sangre para transportar oxígeno y causar hipoxia tisular. Es fundamental garantizar una ventilación adecuada y evitar fuentes de CO para evitar efectos adversos para la salud.