Por ejemplo, los metaloides como el silicio (Si) y el germanio (Ge) suelen formar óxidos ácidos cuando se combinan con oxígeno. Estos óxidos reaccionan con el agua para producir soluciones ácidas. Los silicatos, que son compuestos que contienen silicio y oxígeno, son componentes comunes de muchas rocas y minerales y pueden contribuir a la formación de suelos ácidos.
Por otra parte, algunos metaloides también pueden formar óxidos básicos. Por ejemplo, el antimonio (Sb) y el teluro (Te) reaccionan con el oxígeno para crear óxidos básicos que se disuelven fácilmente en agua para producir soluciones alcalinas. Los compuestos de antimonio, como el trióxido de antimonio (Sb2O3), son conocidos por sus propiedades básicas y se han utilizado en la producción de retardantes de llama, pigmentos y productos farmacéuticos.
En resumen, los metaloides pueden exhibir propiedades tanto ácidas como básicas debido a su naturaleza anfótera. Su comportamiento depende de factores como el metaloide específico, los compuestos que forman y el entorno químico circundante.