Los refrescos congelados no se derriten más rápido que el hielo. De hecho, normalmente los refrescos congelados tardan más en derretirse que el hielo. Esto se debe a que los refrescos contienen azúcar y otros aditivos que actúan como impurezas e interfieren con el proceso de congelación. Como resultado, el punto de congelación de los refrescos es más bajo que el del agua pura y requiere más energía para derretirse. Además, el azúcar de los refrescos puede formar un almíbar que actúa como una capa aislante, ralentizando aún más el proceso de fusión.