La reactividad química es la capacidad de una sustancia química de sufrir una reacción química. Es una medida de la probabilidad de que una sustancia reaccione con otra sustancia. La reactividad química no es una propiedad característica porque depende de las condiciones de la reacción, como la temperatura, presión y concentración de los reactivos. Por ejemplo, el sodio es un metal muy reactivo, pero no reaccionará con el agua a temperatura ambiente. Sin embargo, si se aumenta la temperatura, el sodio reaccionará con el agua para producir hidróxido de sodio y gas hidrógeno.