En esta reacción, el etanol, que es un alcohol, sufre una reacción química con oxígeno gaseoso, que es un gas altamente reactivo. Las moléculas de oxígeno reaccionan con los átomos de carbono e hidrógeno presentes en el etanol, lo que hace que el etanol se descomponga y libere energía en forma de calor y luz.
Durante este proceso, los átomos de carbono del etanol se combinan con el oxígeno para formar moléculas de dióxido de carbono, mientras que los átomos de hidrógeno se combinan con el oxígeno para formar moléculas de agua. La ecuación química proporciona una representación cuantitativa de esta reacción, indicando que por cada molécula de etanol que reacciona con tres moléculas de oxígeno, se producen dos moléculas de dióxido de carbono y tres moléculas de agua.
La combustión del etanol es una reacción exotérmica, lo que significa que libera energía en forma de calor y luz. Esta es la razón por la que el etanol se utiliza comúnmente como combustible en diversas aplicaciones, como en motores de combustión interna y como biocombustible.