En una bomba atómica, una pequeña cantidad de material fisionable se reúne rápidamente, creando una masa crítica. Esto provoca que se produzca una reacción en cadena de fisión nuclear, liberando una gran cantidad de energía en forma de calor, luz y radiación. La energía liberada por una bomba atómica es millones de veces mayor que la de los explosivos convencionales.
Las bombas atómicas se han utilizado dos veces en la guerra:Estados Unidos contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945. Las bombas causaron muerte y destrucción generalizadas, lo que llevó al final de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, varios países han desarrollado y almacenado bombas atómicas como elemento disuasorio contra ataques nucleares.