1. Enlace de hidrógeno:las moléculas de amoníaco exhiben fuertes enlaces de hidrógeno debido a la naturaleza electronegativa del nitrógeno y la presencia de átomos de hidrógeno. El enlace de hidrógeno implica la atracción entre un átomo de hidrógeno unido covalentemente a un átomo altamente electronegativo (como el nitrógeno) y otro átomo altamente electronegativo. Estas fuerzas intermoleculares crean una fuerte red de atracciones entre las moléculas de amoníaco, manteniéndolas más juntas y promoviendo la licuefacción.
2. Momento dipolar alto:la molécula de amoníaco tiene un momento dipolar significativo debido a la diferencia de electronegatividad entre el nitrógeno y el hidrógeno. El átomo de nitrógeno electronegativo atrae electrones hacia sí mismo, creando una carga positiva parcial en los átomos de hidrógeno y una carga negativa parcial en el átomo de nitrógeno. Esta polaridad permite que las moléculas de amoníaco se alineen y se atraigan entre sí mediante interacciones dipolo-dipolo, lo que contribuye a su facilidad de licuefacción.
3. Fuerzas de Van der Waals:Además de los enlaces de hidrógeno, el amoníaco también experimenta fuerzas de Van der Waals, que son fuerzas de atracción débiles presentes entre todas las moléculas. Si bien las fuerzas de van der Waals son más débiles que los enlaces de hidrógeno, aún contribuyen a la naturaleza cohesiva de las moléculas de amoníaco y mejoran su tendencia a la licuefacción.
Como resultado de estas fuertes fuerzas intermoleculares, las moléculas de amoníaco se mantienen unidas más estrechamente en comparación con otros gases con pesos moleculares similares. Esto da como resultado un punto de ebullición más alto (-33,34 °C) y una temperatura crítica más baja (132,4 °C) para el amoníaco, lo que lo hace más fácil de licuar que otros gases con pesos moleculares similares en condiciones ambientales.
Por el contrario, los gases con pesos moleculares similares pero fuerzas intermoleculares más débiles, como el metano (CH4) y el oxígeno (O2), tienen puntos de ebullición más bajos y temperaturas críticas más altas. Esta diferencia en el comportamiento de licuefacción resalta la influencia significativa de las fuerzas intermoleculares en las propiedades físicas de los gases.