1. Formación del complejo sodio-amoníaco :Cuando el sodio entra en contacto con el amoníaco anhidro, inicialmente forma un complejo de sodio-amoníaco. Este complejo implica la solvatación de iones de sodio (Na+) por moléculas de amoníaco (NH3). Las moléculas de amoníaco rodean los iones de sodio, creando una especie solvatada que puede reaccionar aún más.
2. Transferencia de electrones y evolución del hidrógeno :La reacción entre el sodio y el amoníaco es una reacción redox, donde el sodio actúa como agente reductor y el amoníaco actúa como agente oxidante. Durante la reacción, los átomos de sodio altamente electropositivos transfieren electrones a las moléculas de amoníaco. Esta transferencia conduce a la reducción del amoníaco, lo que resulta en la formación de gas hidrógeno (H2) e iones amida (NH2-).
La reacción general se puede representar de la siguiente manera:
2Na + 2NH3 → 2NaNH2 + H2
3. Formación de amida de sodio :Los iones de amida (NH2-) formados en la reacción se combinan con los iones de sodio (Na+) para producir amida de sodio (NaNH2). La amida de sodio es un compuesto cristalino incoloro que es soluble en amoníaco y ciertos disolventes orgánicos. Es un reactivo versátil ampliamente utilizado en síntesis orgánica y procesos industriales.
4. Evolución del gas hidrógeno :Como subproducto de la reacción, se desprende gas hidrógeno (H2). El gas hidrógeno producido se puede recolectar y utilizar en diversas aplicaciones, como pilas de combustible, procesos de hidrogenación y como agente reductor en determinadas reacciones químicas.
Es importante tener en cuenta que esta reacción debe realizarse en condiciones controladas, generalmente en un laboratorio, utilizando precauciones de seguridad y técnicas de manipulación adecuadas. El sodio puede reaccionar vigorosamente con el agua, por lo que el uso de amoníaco anhidro es crucial para evitar reacciones o peligros no deseados.