En los enlaces covalentes, los átomos comparten electrones para lograr una configuración electrónica estable, similar a la de los gases nobles. Los elementos del grupo 4 tienen cuatro electrones de valencia y pueden lograr una configuración estable compartiendo cuatro electrones con otros cuatro átomos. Esto da como resultado la formación de cuatro enlaces covalentes.
Por ejemplo, el carbono tiene cuatro electrones de valencia y puede formar cuatro enlaces covalentes con otros cuatro átomos. En el caso del metano (CH4), el carbono comparte sus cuatro electrones de valencia con cuatro átomos de hidrógeno, aportando cada uno un electrón. Esto da como resultado la formación de cuatro enlaces covalentes entre el carbono y el hidrógeno, dando al metano su forma molecular tetraédrica.
De manera similar, el silicio, el germanio, el estaño y el plomo también pueden formar enlaces covalentes con otros cuatro átomos, con un carácter metálico creciente en el grupo. Estos elementos se encuentran comúnmente en una variedad de compuestos, como el dióxido de silicio (SiO2) en el vidrio, los transistores de germanio, el estaño en las aleaciones y el plomo en las baterías.
En resumen, los elementos del Grupo 4 de la tabla periódica tienen 4 electrones de valencia y normalmente forman enlaces covalentes al compartir estos electrones con otros átomos para lograr una configuración electrónica estable.