Además, la presencia de humedad, ácidos y otras sustancias corrosivas en el aire puede acelerar el proceso de oxidación, contribuyendo aún más a que la sartén se vuelva opaca.
Para mantener el brillo de las sartenes de aluminio, es importante limpiarlas y secarlas bien después de cada uso y guardarlas en un lugar seco. La limpieza regular con un detergente suave y agua tibia puede ayudar a eliminar la suciedad o los residuos de la superficie que puedan facilitar la oxidación. Se recomienda evitar el uso de abrasivos fuertes o lana de acero, ya que pueden rayar la superficie de la sartén y hacerla más susceptible a la oxidación.