1. Polimerización:
- Esta reacción implica la unión de moléculas más pequeñas, llamadas monómeros, para formar moléculas o polímeros más grandes. Las fibras sintéticas como el nailon, el poliéster y el acrílico se producen mediante reacciones de polimerización.
2. Condensación:
- Las reacciones de condensación implican la combinación de dos moléculas con la eliminación de agua o una pequeña molécula como el alcohol. Estas reacciones se utilizan comúnmente para producir fibras sintéticas como el nailon y el poliéster.
3. Enlace cruzado:
- Las reacciones de reticulación forman enlaces covalentes entre las cadenas de polímeros, lo que da como resultado un tejido más estable y duradero. Se utilizan para mejorar la resistencia, la resistencia a las arrugas y la estabilidad dimensional de los textiles.
4. Teñido:
- El teñido es un proceso de añadir color a los textiles. Los tintes orgánicos se utilizan normalmente para este propósito y se pueden aplicar a las fibras mediante varios métodos, que incluyen inmersión, impresión y pulverización.
5. Impresión:
- Los pigmentos y tintes orgánicos se utilizan para crear patrones y diseños en textiles mediante técnicas de impresión como serigrafía, impresión con rodillo e impresión digital.
6. Finalización:
- Los productos químicos orgánicos se emplean en los procesos de acabado de textiles para impartir propiedades específicas a los tejidos. Esto incluye tratamientos de repelencia al agua, resistencia al fuego, resistencia a las arrugas y resistencia a las manchas. También se utilizan suavizantes y acondicionadores para mejorar el tacto y la textura de los textiles.
7. Blanqueamiento:
- El blanqueo consiste en eliminar impurezas y pigmentos naturales de las fibras textiles para conseguir un aspecto blanco o de color claro. Este proceso suele utilizar agentes blanqueadores orgánicos como hipoclorito de sodio (lejía) o peróxido de hidrógeno.
8. Mercerización:
- La mercerización es un tratamiento que mejora el brillo, la fuerza y la receptividad del tinte de las fibras de algodón. Se trata de tratar el tejido con una solución concentrada de hidróxido de sodio.
Aprovechando estas reacciones orgánicas, la industria textil produce una amplia gama de tejidos con diversas propiedades y aplicaciones, destinados a los sectores de la moda, la decoración del hogar y la industria.