Un equipo de investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) ha diseñado nuevas versiones de una enzima bacteriana que podría conducir al desarrollo de antibióticos más potentes. La enzima, llamada dihidrofolato reductasa (DHFR), es esencial para el crecimiento y la supervivencia de muchas bacterias. Al modificar el DHFR, los investigadores pudieron hacerlo más susceptible a la inhibición por antibióticos, lo que podría facilitar la destrucción de bacterias.
Los hallazgos, publicados en la revista Nature Chemical Biology, podrían tener implicaciones importantes para el tratamiento de infecciones bacterianas, que son una de las principales causas de muerte y enfermedad en todo el mundo. Los antibióticos se usan comúnmente para tratar infecciones bacterianas, pero se están volviendo menos efectivos a medida que las bacterias desarrollan resistencia a ellos. Los nuevos hallazgos podrían conducir al desarrollo de nuevos antibióticos que sean más eficaces para matar bacterias y menos propensos a causar resistencia.
La DHFR es una enzima que ayuda a las bacterias a convertir el dihidrofolato en tetrahidrofolato, que es un cofactor de varias reacciones metabólicas importantes. Al modificar el DHFR, los investigadores pudieron hacerlo más susceptible a la inhibición del metotrexato, un antibiótico que se usa comúnmente para tratar el cáncer. El DHFR modificado también fue más susceptible a la inhibición por otros antibióticos, como trimetoprim y sulfametoxazol.
Los investigadores creen que los nuevos hallazgos podrían conducir al desarrollo de nuevos antibióticos que sean más eficaces para matar bacterias y menos propensos a causar resistencia. Actualmente están trabajando en el desarrollo de nuevos antibióticos basados en el DHFR modificado.
"Estamos entusiasmados con el potencial de estos hallazgos para conducir al desarrollo de nuevos antibióticos", afirmó el autor principal del estudio, el Dr. Peter Dervan. "La resistencia a los antibióticos es una gran amenaza para la salud pública y necesitamos nuevas formas de combatir las bacterias".
El estudio fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH).