Existen varios métodos diferentes para eliminar el CO2 de las corrientes de gas, pero el método más común es la absorción. La absorción implica poner en contacto la corriente de gas con un disolvente líquido que tiene una alta afinidad por el CO2. Las moléculas de CO2 se disuelven en el disolvente y luego se libera la corriente de gas purificada.
Los disolventes más utilizados para la depuración de CO2 son agua, soluciones de aminas y soluciones de carbonato de potasio. El agua es un disolvente relativamente económico, pero tiene baja afinidad por el CO2. Las soluciones de aminas y las soluciones de carbonato de potasio tienen una mayor afinidad por el CO2, pero son más caras.
La elección del disolvente para la depuración de CO2 depende de la aplicación específica. El agua se utiliza a menudo en aplicaciones donde la concentración de CO2 es baja, como en los gases de combustión de las centrales eléctricas. Las soluciones de aminas y las soluciones de carbonato de potasio se utilizan a menudo en aplicaciones donde la concentración de CO2 es alta, como en el procesamiento de gas natural.
La depuración de CO2 es un proceso importante para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Al eliminar el CO2 de las corrientes de gas, podemos ayudar a mitigar los efectos del cambio climático.
A continuación se ofrece una explicación más detallada de cómo funciona la depuración de CO2:
1. La corriente de gas se pone en contacto con un disolvente líquido. El disolvente suele ser agua, una solución de amina o una solución de carbonato de potasio.
2. Las moléculas de CO2 se disuelven en el disolvente. Las moléculas de CO2 son atraídas por las moléculas de disolvente y forman un enlace químico.
3. Se libera la corriente de gas purificado. La corriente de gas purificado ya no contiene moléculas de CO2 y, por tanto, puede liberarse a la atmósfera.
4. El disolvente rico en CO2 se regenera. El disolvente rico en CO2 se puede regenerar calentándolo o poniéndolo en contacto con una base. Esto liberará las moléculas de CO2 del disolvente y luego se podrá recolectar el CO2.
La depuración de CO2 es un proceso relativamente simple, pero puede resultar muy eficaz para eliminar el CO2 de las corrientes de gas. Mediante la depuración de CO2, podemos ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los efectos del cambio climático.