La afirmación de que las hijas provocan el divorcio no está respaldada por pruebas. De hecho, las investigaciones sugieren que tener una hija puede disminuir el riesgo de divorcio. Un estudio publicado en la revista "Demography" encontró que las parejas que tenían hijas tenían menos probabilidades de divorciarse que las parejas que sólo tenían hijos varones. Los autores del estudio sugirieron que esto puede deberse a que las hijas tienden a fortalecer el vínculo entre los padres, mientras que los hijos a veces pueden causar conflictos.
Por supuesto, hay muchos factores que pueden contribuir al divorcio. Tener una hija no es garantía de que un matrimonio vaya a durar. Sin embargo, la evidencia sugiere que las hijas no son causa de divorcio.