El estudio, publicado en Nature Climate Change, profundizó en los motivos de esta discrepancia en la absorción de carbono entre observaciones y modelos. Utilizando varios conjuntos de datos de carbono y simulaciones de modelos, el equipo de investigación descubrió que los vientos más fuertes que se produjeron en el Océano Austral en la última década desempeñaron un papel importante en este desajuste.
Los vientos más fuertes provocaron una mayor mezcla entre el agua superficial del océano y las capas profundas. Esta mezcla, a su vez, provocó que se absorbiera más CO2 en el océano porque las capas profundas tienen concentraciones de CO2 más bajas que el agua superficial.
Además, estos vientos intensificados influyeron en los procesos físicos y biológicos que regulan la bomba biológica de carbono en el Océano Austral:los procesos biológicos responsables de la eliminación de CO2 de las aguas superficiales hacia las profundidades del océano. Los cambios en estos procesos mejoraron aún más la absorción de carbono.
La bomba biológica de carbono implica la absorción de CO2 por el fitoplancton a través de la fotosíntesis, la producción de materia orgánica y el eventual hundimiento de esta materia orgánica en las profundidades del océano, donde puede permanecer almacenada durante miles de años.
Investigaciones anteriores habían sugerido que las actividades humanas, en particular la quema de combustibles fósiles, eran los únicos impulsores de la absorción de CO2 observada. Sin embargo, este nuevo estudio demuestra que la variabilidad natural, como los vientos más fuertes y su impacto en la bomba biológica de carbono, también contribuyeron a una mayor absorción de carbono en los océanos.
Esta investigación destaca la importancia de representar con precisión la variabilidad climática natural en modelos para comprender y predecir mejor el comportamiento futuro del sumidero de carbono del océano, que es fundamental para mitigar el cambio climático.