Varios fabricantes de automóviles presentaron nuevos modelos diésel en la feria, incluidos Audi, BMW, Mercedes-Benz y Volkswagen. Estos vehículos presentaban sistemas y tecnologías avanzados de control de emisiones destinados a reducir las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx), como la reducción catalítica selectiva (SCR) y los sistemas de inyección de urea.
Para contrarrestar las percepciones negativas sobre los vehículos diésel debido al escándalo de las emisiones, los fabricantes de automóviles destacaron los beneficios de los motores diésel, como una mayor economía de combustible y menores emisiones de CO2 en comparación con los motores de gasolina. También destacaron las inversiones que estaban realizando en investigación y desarrollo para reducir aún más las emisiones y mejorar el desempeño ambiental de los vehículos diésel.
Además, algunos fabricantes de automóviles anunciaron planes para electrificar sus sistemas de propulsión diésel en el futuro, lo que indica un cambio gradual hacia tecnologías de combustibles alternativos. Por ejemplo, Mercedes-Benz presentó una versión conceptual de su tecnología híbrida diésel EQ Power, que combina un motor diésel con un motor eléctrico y una batería para reducir las emisiones y mejorar la eficiencia del combustible.
A pesar de los continuos desafíos que enfrentan los vehículos diésel, los fabricantes de automóviles en el Salón del Automóvil de Frankfurt demostraron su compromiso para mejorar el desempeño ambiental de estos vehículos y enfatizaron su papel continuo en la industria automotriz, aunque con un mayor enfoque en la sostenibilidad y la reducción de emisiones.