Los bifenilos policlorados (PCB), una clase de sustancias químicas sintéticas ampliamente utilizadas en el pasado, plantean importantes riesgos para la salud debido a su persistencia ambiental y su naturaleza bioacumulativa. A pesar de su prohibición generalizada debido a preocupaciones de toxicidad, los mecanismos precisos por los cuales los PCB ejercen sus efectos nocivos en el cuerpo siguieron siendo difíciles de alcanzar durante años.
Los recientes avances en la investigación han arrojado nueva luz sobre las vías moleculares y los procesos celulares alterados por los PCB. Estos hallazgos han mejorado significativamente nuestra comprensión de la toxicidad de los PCB y allanaron el camino para el desarrollo de estrategias preventivas, mejores diagnósticos y terapias dirigidas.
Información clave sobre la toxicidad de los PCB:
Activación del receptor de hidrocarburos arilo (AhR):los PCB tienen una notable afinidad por el AhR, un receptor celular que regula la expresión genética en respuesta a señales ambientales. La unión de los PCB al AhR desencadena respuestas diversas, incluida la regulación positiva de genes implicados en el metabolismo xenobiótico y la respuesta inmunitaria. Esta activación puede provocar la alteración de las funciones celulares normales y contribuir a los efectos tóxicos de los PCB.
Estrés oxidativo y daño al ADN:los PCB pueden inducir estrés oxidativo al generar especies reactivas de oxígeno (ROS), lo que provoca peroxidación lipídica, daño a las proteínas y alteraciones del ADN. El estrés oxidativo puede alterar la homeostasis celular y contribuir a la citotoxicidad y genotoxicidad inducida por PCB. El daño al ADN causado por los PCB puede provocar mutaciones y contribuir al desarrollo de diversas afecciones de salud, incluido el cáncer.
Alteración endocrina:Los PCB son conocidos disruptores endocrinos que interfieren con el funcionamiento normal del sistema endocrino. Pueden unirse a receptores hormonales, alterar la producción o el metabolismo de las hormonas e interrumpir las vías de señalización, lo que provoca desequilibrios hormonales y disfunciones reproductivas.
Interferencia con la señalización celular:los PCB pueden interferir con diversas vías de señalización celular, incluidas aquellas que involucran la homeostasis del calcio, la activación de la proteína quinasa C (PKC) y la respuesta inmune. Estas alteraciones pueden provocar un crecimiento, una diferenciación y una función celular anormales, lo que contribuye a los efectos tóxicos de los PCB.
Modulación del sistema inmunológico:la exposición a los PCB puede afectar la capacidad del sistema inmunológico para reconocer y responder a las amenazas de manera adecuada. Los PCB pueden suprimir la función de las células inmunitarias, perjudicar la vigilancia inmunitaria y aumentar la susceptibilidad a infecciones y enfermedades.
Biotransformación y metabolitos:el metabolismo de los PCB por las enzimas del citocromo P450 puede producir intermediarios tóxicos y reactivos. Estos metabolitos pueden contribuir aún más al estrés oxidativo, al daño del ADN y a la alteración de los procesos celulares, exacerbando los efectos tóxicos de los PCB.
Conclusión:
Nuevos conocimientos sobre las bases moleculares de la toxicidad de los PCB han revolucionado nuestra comprensión de cómo estos compuestos prohibidos ejercen sus efectos nocivos en el cuerpo. Al desentrañar los intrincados mecanismos celulares y bioquímicos involucrados, los investigadores han adquirido conocimientos valiosos que pueden aprovecharse para desarrollar estrategias para mitigar los riesgos relacionados con los PCB, proteger la salud humana y restablecer el equilibrio de los ecosistemas afectados por estos contaminantes persistentes.