El peróxido de hidrógeno se vende en una botella marrón porque es sensible a la luz. Cuando se expone a la luz, el peróxido de hidrógeno puede descomponerse, produciendo oxígeno y agua. Esta descomposición puede hacer que la botella reviente o que el peróxido de hidrógeno pierda eficacia. La botella marrón ayuda a bloquear la luz y proteger el peróxido de hidrógeno para que no se descomponga.
Además de proteger el peróxido de hidrógeno de la luz, la botella marrón también ayuda a evitar que se evapore. El peróxido de hidrógeno es un líquido volátil, lo que significa que se evapora fácilmente. La botella marrón ayuda a ralentizar el proceso de evaporación, evitando que el peróxido de hidrógeno pierda su potencia.