Degradación enzimática:algunos aditivos de biodegradación consisten en enzimas que pueden descomponer directamente componentes específicos del material. Por ejemplo, las enzimas celulasa descomponen la celulosa, un componente importante del papel y los materiales vegetales. Estas enzimas hidrolizan los enlaces glicosídicos de la celulosa, convirtiéndola en moléculas más pequeñas que los microorganismos pueden utilizar más fácilmente.
Suplemento de nutrientes:Ciertos aditivos de biodegradación contienen nutrientes esenciales requeridos por los microorganismos responsables del proceso de degradación. Cuando se agregan a un ambiente, estos aditivos proporcionan los nutrientes necesarios, como nitrógeno, fósforo y oligoelementos, que ayudan a mejorar el crecimiento y la actividad microbiana. El aumento de la población microbiana acelera el proceso de biodegradación.
Biodegradación cometabólica:en algunos casos, los aditivos de biodegradación estimulan la actividad microbiana al proporcionar una fuente adicional de carbono para los microorganismos. Actúan como cometabolitos, lo que permite a los microbios degradar el material objetivo y al mismo tiempo utilizar el aditivo como fuente de energía. Esta forma indirecta de biodegradación puede ser eficaz para materiales complejos que resultan difíciles de descomponer.
Modificación de la superficie:Ciertos aditivos de biodegradación pueden modificar las propiedades de la superficie del material, haciéndolo más susceptible a la colonización y degradación microbiana. Por ejemplo, los tensioactivos y los agentes humectantes reducen la tensión superficial del material, lo que permite que los microorganismos se adhieran más eficazmente. Esta modificación mejora la biodisponibilidad del material para los microorganismos, lo que lleva a una mayor biodegradación.
Solubilización:algunos aditivos de biodegradación pueden solubilizar o dispersar el material, aumentando su superficie y exponiéndolo a una gama más amplia de microorganismos. Esta dispersión crea una interfaz más grande entre el material y la comunidad microbiana, lo que facilita que las enzimas y los microorganismos accedan al material y lo degraden.
Aceleración del proceso de biodegradación:el efecto combinado de estos mecanismos acelera el proceso de degradación al fomentar el crecimiento microbiano, la actividad enzimática y una mejor accesibilidad al material. Como resultado, los materiales que contienen aditivos de biodegradación se descomponen más rápidamente en compuestos más simples y eventualmente se mineralizan en sustancias no peligrosas. Esto reduce significativamente la persistencia ambiental de los materiales y ayuda a la recuperación de los ecosistemas.