Las estimaciones sugieren que cuando se quema, el gas natural emite alrededor de 53 toneladas métricas de dióxido de carbono por terajulio (TJ) de energía producida, lo que equivale aproximadamente a 117 libras de CO2 por millón de unidades térmicas británicas (MMBtu) de energía.
Si bien el gas natural a menudo se promociona como una alternativa más limpia a otros combustibles fósiles, es importante reconocer y trabajar para reducir sus emisiones de CO2 para mitigar el cambio climático. La industria energética y los gobiernos están explorando activamente diversas tecnologías y estrategias, como la captura y almacenamiento de carbono (CAC) y la integración de energías renovables, para minimizar las emisiones de CO2 del gas natural y la transición hacia un futuro energético más sostenible.