Los libros más antiguos pueden contener una variedad de sustancias químicas tóxicas que plantean riesgos para la salud de los lectores y manipuladores. Estos químicos incluyen plomo, arsénico, mercurio y cadmio. Se utilizaban comúnmente en la producción de tintas, tintes y otros materiales utilizados en encuadernación e impresión.
Dirigir
El plomo se utilizó ampliamente en la producción de tintas y tipos de metal, especialmente durante el siglo XIX y principios del XX. También se utilizaron pigmentos a base de plomo para crear colores vibrantes en ilustraciones y portadas de libros. El plomo es una neurotoxina que puede causar problemas de salud graves, como daño cerebral, problemas de aprendizaje y problemas de fertilidad.
Arsénico
El arsénico se utilizaba en la producción de pigmentos verdes, como el verde de Scheele, que se utilizaba habitualmente en ilustraciones de libros y papeles pintados. El arsénico es un carcinógeno y puede causar una variedad de problemas de salud, incluidos cáncer de piel, cáncer de pulmón y daño renal.
Mercurio
El mercurio se utilizaba en la producción de pigmentos rojos, como el bermellón, y también como conservante en adhesivos de encuadernación. El mercurio es una neurotoxina que puede causar problemas de salud graves, como pérdida de memoria, temblores y daño renal.
Cadmio
El cadmio se utilizaba en la producción de pigmentos amarillos, como el amarillo de cadmio, y también se utilizaba como componente de algunos adhesivos de encuadernación. El cadmio es un carcinógeno y puede causar una variedad de problemas de salud, incluidos cáncer de pulmón, daño renal y daño óseo.
Cómo detectar libros tóxicos
Hay varias señales que indican que un libro puede contener sustancias químicas tóxicas:
1. Edad:Es más probable que los libros impresos antes de mediados del siglo XX contengan sustancias químicas tóxicas.
2. Colores brillantes:Los libros con colores brillantes y vibrantes, especialmente verde, rojo o amarillo, pueden contener pigmentos tóxicos.
3. Olor a humedad:Los libros con olor a humedad o acre pueden contener sustancias químicas tóxicas, especialmente si el olor proviene de moho o moho.
4. Deterioro:Los libros que muestran signos de deterioro, como páginas quebradizas o cubiertas desmoronadas, pueden contener sustancias químicas tóxicas.
Si sospecha que un libro puede contener sustancias químicas tóxicas, es mejor evitar manipularlo directamente y buscar asesoramiento profesional de un conservador o archivero.
Precauciones al manipular libros antiguos
Aquí hay algunas precauciones que puede tomar al manipular libros viejos para minimizar la exposición a químicos tóxicos:
1. Utiliza guantes:Utiliza guantes desechables al manipular libros antiguos, especialmente si presentan signos de deterioro.
2. Lávese las manos:Lávese bien las manos con agua y jabón después de manipular libros viejos.
3. Evite el contacto con los ojos y la boca:Evite tocarse los ojos o la boca mientras manipula libros antiguos.
4. Ventile la habitación:Ventile la habitación donde manipula libros viejos para reducir la concentración de contaminantes en el aire.
5. Busque asesoramiento profesional:si le preocupa la posible toxicidad de un libro antiguo, busque asesoramiento profesional de un conservador o archivero.
Recuerde que no todos los libros antiguos contienen químicos tóxicos, pero es importante tomar precauciones al manipular libros antiguos para proteger su salud. Si tiene alguna inquietud, es mejor pecar de cauteloso y evitar el contacto directo con el libro.