Aurícula de bioimpresión 3D in vivo no invasiva in situ. Crédito:Profesor Maling Gou, Laboratorio Estatal Clave de Bioterapia y Centro Oncológico, Hospital del Oeste de China, Universidad de Sichuan.
Un equipo de investigadores con miembros de varias instituciones en China, uno en EE. UU. y otro en Bélgica, ha desarrollado un método para imprimir en 3D una oreja dentro del cuerpo. En su artículo publicado en la revista Avances de la ciencia , el grupo describe su método y qué tan bien funcionó en ratones de prueba.
La impresión tridimensional ha evolucionado durante los últimos años para incluir el uso de una amplia variedad de materiales para crear productos. En años recientes, ha llegado a utilizarse en aplicaciones médicas para reparar tejidos defectuosos. En tales aplicaciones, La luz ultravioleta se utiliza para imprimir en 3D material similar a un tejido a través de la polimerización, en el que los materiales se vuelven más densos y se pegan cuando se exponen a la luz. En tales esfuerzos, Se requiere cirugía para exponer el tejido que necesita ser reparado. En este nuevo esfuerzo, los investigadores utilizaron luz del infrarrojo cercano para lograr casi lo mismo, pero de una manera que no requiera cirugía.
La técnica consiste en inyectar primero un bioink (hecho de partículas de hidrogel y células de cartílago) en el paciente. Próximo, un haz de luz infrarroja cercana se dirige a un chip de dispositivo de microespejo digital, que organiza el haz de luz en la forma deseada; el haz reorganizado se refleja luego sobre el paciente, donde penetra en la piel y choca con el bionk dentro del cuerpo. El rayo de luz fuerza al bioenlace para que adopte la forma deseada y se endurezca; el producto terminado se asemeja al cartílago que normalmente tiene la forma de una oreja. En sus pruebas, el equipo utilizó ratones de prueba con una oreja deformada; la nueva oreja se programó usando una imagen especular de la oreja que no estaba deformada.
Los investigadores encontraron que la nueva oreja comenzó a tomar forma en segundos cuando aplicaron el rayo de luz del infrarrojo cercano. La forma final de la oreja se desarrolló en el transcurso de un mes a medida que las células del cartílago crecían en la estructura que habían impreso; los investigadores lo describieron como casi exactamente como una oreja natural. Se requieren más pruebas, por supuesto, pero los investigadores son optimistas de que su técnica pronto se utilizará para reparar oídos humanos dañados por múltiples lesiones deportivas o accidentes.
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