Crédito:Sociedad Química Estadounidense
A veces puede resultar difícil encontrar pastas dentales, jabones y otros artículos de tocador sin antibióticos. Su popularidad ha provocado un aumento de los niveles ambientales de sustancias antimicrobianas, como triclocarbán (TCC), que terminan en el agua y el suelo utilizados para cultivar. Los científicos informan en la ACS ' Diario de la química agrícola y alimentaria que el TCC y las moléculas relacionadas pueden terminar en los alimentos, con efectos potencialmente negativos para la salud.
La Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. Recientemente prohibió el TCC en los jabones debido a preguntas sobre su seguridad y eficacia. Todavía, El TCC permanece en muchos otros productos. También se encuentra en altas concentraciones en aguas residuales tratadas que a veces se utilizan para regar cultivos. El impacto de la TCC en la salud humana sigue sin estar claro, pero puede actuar como un disruptor endocrino. Un obstáculo para comprender mejor los riesgos de la exposición ambiental al TCC es la incertidumbre sobre cuánto termina en las plantas, y cómo las plantas metabolizan la sustancia. Entonces, Dawn Reinhold y sus colegas realizaron un estudio con chiles jalapeños para abordar esta brecha de conocimiento.
Para rastrear el viaje del antibiótico del agua a la pimienta, los investigadores etiquetaron TCC con carbono radiactivo (C14). Cultivaron las plantas de pimiento hidropónicamente y, después de 12 semanas, muestrearon el contenido de C14 en las raíces, tallos, hojas y frutos. Si bien la fruta de la pimienta en sí tenía niveles relativamente bajos de TCC, contenía una gran parte de C14 en moléculas que comenzaron como TCC pero luego fueron convertidas en otras moléculas por la planta. Según los investigadores, este hallazgo indicó que la planta estaba metabolizando el antibiótico, y sería necesario tener en cuenta el impacto en la salud de estos metabolitos para evaluar completamente la seguridad del consumo de TCC.