Un aditivo común para productos alimenticios, farmacéuticos y de limpieza, el ácido cítrico es un ácido orgánico débil y soluble en agua que se encuentra naturalmente en muchos cítricos, como los limones y las limas. Primero fue descubierto por el químico árabe del siglo VIII Abu Musa Jabir ibn Hayyan (también conocido como Geben), pero no se purificó a su forma actual hasta el siglo XVIII.
Producción de alimentos
Ácido cítrico El polvo se agrega comúnmente a bebidas gaseosas tanto carbonatadas como no carbonatadas como agente aromatizante, añadiendo un sabor agrio a la bebida, y como conservante debido a sus propiedades antimicrobianas. Se agrega a los dulces para agregar un sabor ácido, pero también para estabilizar los azúcares y mejorar la textura (el ácido cítrico ayuda a darle a los dulces una consistencia similar a la del gel). El ácido cítrico se usa en la producción de mermeladas y jaleas para ayudar a controlar el nivel de pH de los alimentos, lo que contribuye a su consistencia y vida útil. También se puede encontrar en el queso procesado para estabilizar y emulsionar el contenido de aceite y agua del queso y evitar que se separe.
Aplicaciones farmacéuticas
El polvo de ácido cítrico puede agregar sabor a las preparaciones de medicamentos, enmascarando el sabor de los componentes químicos. También se agrega como emulsionante, evitando que los ingredientes en los preparados líquidos se separen. El uso más común de polvo de ácido cítrico es en combinaciones con bicarbonatos para crear un efecto efervescente y efervescente.
Usos domésticos e industriales
El polvo de ácido cítrico se agrega a muchos productos detergentes, como jabón y champú para la ropa, así como productos de resistencia industrial, para mantener un pH alcalino, lo que ayuda a los agentes tensioactivos (limpiadores) a trabajar más eficazmente. El polvo de ácido cítrico es fácil de enjuagar con el limpiador, ya que es soluble en agua y biodegradable.