A veces es posible, especialmente en el campo de la química orgánica, unir moléculas pequeñas para formar largas cadenas. El término para las cadenas largas es polímero y el proceso se llama polimerización. Poli significa muchos, mientras que -mer significa unidad. Muchas unidades se combinan para formar una nueva unidad individual. Hay dos métodos principales mediante los cuales las cadenas pequeñas se pueden polimerizar en cadenas más grandes: polimerización por adición y condensación.
Polimerización por condensación
La polimerización por condensación se refiere a la unión de moléculas más pequeñas a través de la pérdida de una molécula pequeña, como el agua, para formar una molécula más grande. Uno de los ejemplos más simples es la reacción de glicina, o ácido aminoacético, HOOC-CH2-NH2, para formar el dímero HOOC-CH2-NH-CO-CH2-NH2. La polimerización requiere al menos un sitio de reacción doble o dos.
Polimerización de adición
El estireno, o C6H5-CH = CH2, puede formar incluso cadenas largas, a través de la polimerización por radicales libres. Esto implica la ruptura del doble enlace que permite la adición de otra molécula de estireno. La repetición permite la adición de otra molécula de estireno, y otra más. El proceso puede controlarse para limitar el número de adiciones.
Otra polimerización adicional implica carbocationes. Los compuestos de doble o triple enlace interactúan con los ácidos para formar carbocationes cargados positivamente. Estos pueden combinarse con moléculas adicionales para formar carbocationes más largos capaces de repetir el proceso.