1. Los organismos evolucionan lentamente con el tiempo.
* La evolución es un proceso gradual: Los cambios evolutivos ocurren en muchas generaciones, a menudo impulsados por mutaciones (cambios en el ADN) y la selección natural (donde los organismos con rasgos que los ayudan a sobrevivir y reproducirse tienen más probabilidades de pasar esos rasgos).
* El ritmo de la evolución varía: Algunas especies evolucionan mucho más rápido que otras, dependiendo de factores como el tiempo de generación, las presiones ambientales y la tasa de mutación.
* Evolución observable: Podemos ver evidencia de evolución en la acción, como el desarrollo de la resistencia a los antibióticos en las bacterias, las formas cambiantes de pico de los pinzones en respuesta a la disponibilidad de alimentos y la aparición de nuevas cepas virales.
2. Dos organismos diferentes pueden tener un antepasado común.
* Ancestro común universal: Todos los seres vivos en la Tierra comparten un antepasado común, un organismo único que vivía hace miles de millones de años.
* Árbol de la vida: Podemos rastrear las relaciones evolutivas entre organismos utilizando herramientas como la secuenciación de ADN y los registros fósiles. Estos datos nos ayudan a construir un "Árbol de la vida" que muestra cómo están relacionadas diferentes especies.
* rasgos compartidos: Las especies que comparten un antepasado común reciente a menudo tienen rasgos físicos similares, composición genética o patrones de desarrollo. Por ejemplo, los humanos, los chimpancés y los gorilas comparten un antepasado común y tienen estructuras esqueléticas similares.
En resumen: La evolución es un proceso lento y continuo que da forma a la vida en la tierra. Todos los seres vivos comparten un antepasado común, y las relaciones entre las especies se pueden rastrear a través del estudio de la evolución.