Los púlsares se forman cuando una estrella masiva, al menos 8 veces la masa de nuestro Sol, colapsa bajo su gravedad al final de su vida. Las capas exteriores de la estrella explotan en una supernova, mientras que el núcleo interior colapsa para formar una estrella de neutrones increíblemente densa. Si el campo magnético de la estrella de neutrones es fuerte y su velocidad de rotación es rápida, crea rayos de radiación electromagnética que recorren el espacio. Estos rayos pueden producir un efecto pulsante cuando se reciben en la Tierra.