1. Función tiroidea: El yodo es necesario para la producción de hormonas tiroideas, que regulan el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo. Una ingesta adecuada de yodo asegura el funcionamiento normal de la glándula tiroides, permitiendo un crecimiento y desarrollo adecuado durante la infancia y la adolescencia.
2. Crecimiento óseo: El yodo participa en la formación y crecimiento de los huesos. Es necesario para la producción de proteínas de la matriz ósea y contribuye al desarrollo y mantenimiento del esqueleto.
3. Desarrollo cerebral: Durante el desarrollo fetal y la primera infancia, el yodo es crucial para el correcto desarrollo del cerebro y del sistema nervioso. La ingesta suficiente de yodo durante el embarazo y los primeros años de vida ayuda a favorecer el desarrollo cognitivo y las funciones neurológicas.
4. Producción de energía: El yodo participa en la producción de energía y el metabolismo dentro del cuerpo. Desempeña un papel en la conversión de alimentos en energía utilizable, lo cual es esencial para el crecimiento y el desarrollo.
Si bien el yodo es importante para el crecimiento y desarrollo general, no provoca directamente el crecimiento físico ni aumenta la altura. Una nutrición adecuada y una dieta equilibrada que incluya una cantidad adecuada de yodo, junto con otros nutrientes esenciales, son necesarias para un crecimiento y desarrollo saludables.
Vale la pena señalar que la deficiencia de yodo puede provocar problemas de crecimiento, deterioro cognitivo y otros problemas de salud, especialmente durante períodos críticos del desarrollo. Sin embargo, la ingesta excesiva de yodo también puede ser perjudicial, por lo que es importante consultar con profesionales sanitarios para asegurar una ingesta adecuada de yodo sin superar los niveles recomendados.