Cuando una base fuerte se disuelve en agua, sufre ionización y se disocia en sus iones constituyentes. La base dona electrones a las moléculas de agua, lo que da como resultado la formación de iones hidróxido (OH-) y el ácido conjugado de la base.
Por ejemplo, cuando el hidróxido de sodio (NaOH), una base fuerte, se disuelve en agua, sufre la siguiente reacción de ionización:
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NaOH (s) → Na+ (acuoso) + OH- (acuoso)
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En esta reacción, el hidróxido de sodio se disocia en iones de sodio (Na+) e iones de hidróxido (OH-). Los iones de hidróxido producidos por bases fuertes contribuyen a la alcalinidad o basicidad de la solución.