En el caso de los cóndores, los polluelos huérfanos de padre fueron el resultado de un fenómeno reproductivo natural llamado ginogénesis. La ginogénesis ocurre cuando un óvulo se activa y comienza a desarrollarse sin ser fecundado por el espermatozoide. Sin embargo, en este proceso, el material genético proviene únicamente de la madre, lo que da como resultado descendientes genéticamente idénticos a sus madres.
Si bien la ginogénesis puede producir descendencia sin la participación de los machos, no introduce nueva diversidad genética en la población. Esto significa que la variación genética dentro de la población de cóndores puede no ser suficiente para garantizar la supervivencia y la adaptación a largo plazo a las condiciones ambientales cambiantes.
Para preservar y recuperar eficazmente las especies de cóndores en peligro de extinción, los esfuerzos de conservación generalmente se centran en la protección del hábitat, programas de cría en cautiverio, manejo genético e iniciativas de reintroducción. Estas estrategias tienen como objetivo mantener la diversidad genética, aumentar el tamaño de la población y abordar amenazas como la pérdida de hábitat, la caza furtiva y el envenenamiento por plomo.