Un nuevo estudio ha revelado cómo ciertos tipos de bacterias del suelo pueden "prepararse" para consumir más metano, un potente gas de efecto invernadero, cuando está presente en el suelo.
El metano es uno de los gases de efecto invernadero más importantes y sus niveles en la atmósfera han aumentado constantemente desde la era preindustrial. El metano se produce a partir de diversas fuentes, incluidas fuentes naturales como humedales y arrozales, así como actividades humanas como la ganadería, los vertederos y la extracción de combustibles fósiles.
Las bacterias que consumen metano desempeñan un papel crucial en la regulación de los niveles de metano en la atmósfera al descomponerlo en dióxido de carbono y agua. Sin embargo, la actividad de estas bacterias puede verse afectada por una variedad de factores, incluida la disponibilidad de nutrientes y la composición de la comunidad microbiana del suelo.
El nuevo estudio, publicado en la revista Nature Communications, encontró que la presencia de ciertos tipos de bacterias en el suelo puede "preparar" a otras bacterias para consumir metano de manera más eficiente. El cebado ocurre cuando las bacterias están expuestas a una baja concentración de una sustancia, lo que las hace más receptivas a esa sustancia cuando se vuelven a encontrar con ella en el futuro.
En el estudio, los investigadores descubrieron que cuando los suelos estaban expuestos a una baja concentración de metano, la actividad de las bacterias consumidoras de metano aumentaba significativamente. Esto sugiere que incluso una pequeña cantidad de metano en el suelo puede estimular a las bacterias y hacerlas más eficientes en el consumo de metano cuando está presente en concentraciones más altas.
Los hallazgos de este estudio tienen implicaciones importantes para comprender cómo las bacterias del suelo pueden ayudar a mitigar las emisiones de metano. Al comprender los mecanismos que preparan a las bacterias del suelo para consumir metano, es posible desarrollar estrategias para mejorar este proceso y reducir los niveles de metano en la atmósfera.
El estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de California, Berkeley, la Universidad de California, Davis y el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley.