- Evidencia morfológica: Esto se refiere a las características físicas del individuo o individuos en cuestión. Algunas de las características morfológicas clave que se utilizan a menudo para distinguir entre diferentes especies de humanos incluyen la forma del cráneo, las características dentales y las proporciones de las extremidades.
- Evidencia genética: Esto se refiere a las diferencias genéticas entre el individuo o individuos en cuestión y otras especies relacionadas. Algunos de los marcadores genéticos clave que se utilizan a menudo para estudiar la evolución humana incluyen el ADN mitocondrial y el ADN nuclear.
- Evidencia conductual: Esto se refiere a las diferencias de comportamiento entre el individuo o individuos en cuestión y otras especies relacionadas. Algunas de las características de comportamiento clave que se utilizan a menudo para estudiar la evolución humana incluyen el uso de herramientas, la organización social y el lenguaje.
- Evidencias ecológicas: Se refiere al entorno en el que vive el individuo o individuos en cuestión. Algunos de los factores ecológicos clave que se utilizan a menudo para estudiar la evolución humana incluyen el clima, la vegetación y los recursos alimentarios.
Además de estas cuatro líneas principales de evidencia, otros factores que pueden considerarse al declarar una nueva especie humana incluyen evidencia histórica y arqueológica. En última instancia, la decisión de declarar o no una nueva especie humana es compleja y debe tomarse caso por caso.