¿Cómo pudo un pez desarrollar mandíbulas antes que los tiburones, los anfibios o los reptiles? Los científicos ahora creen que los primeros vertebrados con mandíbulas fueron un tipo de placodermo, un grupo extinto de peces con armadura. De hecho, el fósil más antiguo con huesos de mandíbula pertenece a un placodermo llamado Entelognathus, un pez sin mandíbula que vivió hace unos 425 millones de años. A lo largo de millones de años, los huesos de la mandíbula de estos peces continuaron evolucionando, volviéndose complejos y variados.
El descubrimiento de que una especie de pez con aletas radiadas, como la especie Kneria, tenga estructuras de mandíbula tan antiguas desafía nuestra comprensión de cómo se pueden conservar o modificar las estructuras anatómicas mediante procesos evolutivos. Es un recordatorio de que la evolución no siempre sigue una progresión lineal sencilla y que puede haber patrones inesperados en la forma en que los organismos se desarrollan y adaptan.
Además, este descubrimiento sugiere que la complejidad de la evolución de la mandíbula en los vertebrados podría haber evolucionado de forma independiente en diferentes grupos de peces, dando como resultado una convergencia en estructuras y funciones. Esta idea apoya la complejidad de la historia evolutiva, donde características comunes pueden surgir de diversos orígenes evolutivos.
Más investigaciones y más descubrimientos de fósiles contribuirán a una comprensión más completa de la evolución de la mandíbula y la historia de los vertebrados, lo que potencialmente revelará aún más complejidades y sorpresas sobre la complejidad del mundo natural.