La deshidratación puede tener efectos peligrosos en el cuerpo, como náuseas, debilidad y calambres musculares. En su punto más extremo, puede ocurrir inconsciencia y falla orgánica. La deshidratación comienza en el nivel de las células, donde la sal y el azúcar pueden succionar efectivamente las células. Esta desecación de las células tiene efectos importantes sobre la estructura celular y la función que conducen a los síntomas graves de deshidratación.
A nivel celular
Las células pueden considerarse como sacos de agua que contienen sal disuelta y azúcar Están separados del torrente sanguíneo por una membrana plasmática que rodea las células y evita que la sal y el azúcar se muevan libremente entre las células y el torrente sanguíneo. El agua, por otro lado, pasa fácilmente a través de la membrana plasmática y se mueve naturalmente desde donde la concentración de sal y azúcar es baja hasta donde su concentración es alta. Entonces, si la sal y el azúcar se agregan al torrente sanguíneo, por ejemplo, al comer alimentos salados o azucarados, el agua se moverá fuera de las células hacia el torrente sanguíneo. El resultado es que las células se dejan deshidratadas.
Reduciendo las células
El efecto más notable en las células al agregar sal y azúcar al torrente sanguíneo es que reduce las células. Una célula que funciona normalmente es 70 por ciento de agua por volumen. Cuando una gran porción de esa agua se mueve fuera de las células hacia el torrente sanguíneo, las células pierden gran parte de su volumen. Este efecto se puede ver simplemente al pisar una escala. Debido a que el agua del torrente sanguíneo se pierde del cuerpo a través del sudor y la orina, las células deshidratantes hacen que el cuerpo se "encoja" en forma de pérdida de peso.
Calambres musculares
Comunicación entre el nervioso el sistema y los músculos dependen de las diferencias en la concentración de sal entre las células musculares y el torrente sanguíneo. Si se agrega una gran cantidad de sal al torrente sanguíneo, se puede descartar el equilibrio de sal del que depende el sistema nervioso. En particular, agregar sal al torrente sanguíneo hace que sea más difícil para las células recibir señales del sistema nervioso. Esta es la razón por la cual los calambres musculares son a menudo experimentados por personas que sufren de deshidratación.
Pérdida de energía
Deshidratar las células al consumir demasiada azúcar puede evitar que las células utilicen ese azúcar para obtener energía. La respiración celular, el proceso por el cual las células producen energía a partir del azúcar, requiere agua además del azúcar. Si se agrega suficiente azúcar al torrente sanguíneo que las células se quedan sin agua para la respiración celular, la producción de energía comienza a cerrarse. Esta pérdida de producción de energía por parte de las células deshidratadas explica por qué la fatiga y la debilidad son síntomas comunes de la deshidratación.