La homeostasis es un proceso constante en el que un organismo realiza muchos pequeños ajustes a nivel celular para mantener su equilibrio interno correcto de combustible, fluido y, en homeotermos, temperatura. El equilibrio dinámico de la homeostasis impulsa todos los procesos fisiológicos básicos. También permite la producción y el almacenamiento de energía para su uso en futuros estados activos.
Actividad constante
Muchos campos usan el término "homeostasis", que puede causar cierta confusión cuando se habla de biología. A menudo se define erróneamente como equilibrio, pero la homeostasis fisiológica es en realidad algo muy diferente: el mantenimiento de la constancia dentro de un sistema dinámico. Esto significa que, en lugar de descansar, las células en homeostasis fisiológica utilizan constantemente la energía.
Estable, no detenido
Las células dependen de esta energía para mantener un alto estado de orden en sus entornos internos, independientemente de de condiciones externas. La homeostasis a nivel microscópico se refiere a la condición de estas células en sí mismas; "estado estable" se refiere al funcionamiento constante y correcto de los mecanismos específicos mediante los cuales mantienen la homeostasis. Los mecanismos críticos para la homeostasis son el transporte y la regulación del combustible y los fluidos.
Membrana cargada
La membrana celular es lo que separa el entorno celular interno y estable del mundo exterior caótico. Su integridad, así como su capacidad para mover combustible y fluidos hacia adentro y eliminar, depende de una carga diferencial en cada lado de la membrana. Las cargas son mantenidas por la bomba de sodio /potasio. Esta bomba es en realidad un grupo de enzimas, también llamada ATPasa de sodio y potasio o Na, K-ATPasa. Durante la homeostasis, estas enzimas rompen los enlaces del ATP, el combustible celular primario, y usan parte de esa energía para intercambiar sodio por iones de potasio a través de la membrana celular.
Transport Lines
Comercio de sodio para los iones de potasio crean un gradiente eléctrico y químico entre el citoplasma de la célula y el entorno extracelular. El gradiente eléctrico permite la comunicación entre las células. El gradiente químico permite que la célula transporte activamente el combustible, como las moléculas de glucosa y el fluido a través de su membrana. En el nivel microscópico, las células utilizan constantemente este sistema de transporte activo durante la homeostasis para adquirir suficiente combustible para mantener su estado así como para almacenar energía para su uso futuro. También usan este sistema para excretar desechos y regular su contenido de fluidos moviendo o sacando moléculas de agua según sea necesario.