* proximidad al sol: Mercurio es el planeta más cercano al sol, y su fuerte atracción gravitacional dificulta que cualquier satélite natural permanezca en una órbita estable.
* Gravedad débil: El tamaño relativamente pequeño y la baja masa de Mercurio dan como resultado un tirón gravitacional débil, lo que dificulta la captura y retener una luna.
* interacciones gravitacionales pasadas: Es posible que en el sistema solar temprano, Mercurio haya tenido una luna, pero fue interrumpida por las interacciones gravitacionales con el sol u otros planetas.
Esencialmente, Mercurio está demasiado cerca del sol y demasiado pequeño para aferrarse a una luna.