Publicó su trabajo innovador, "De Revolutionibus Orbium Coelestium" (sobre las revoluciones de las esferas celestiales), en 1543, poco antes de su muerte. Este libro propuso que el sol, no la tierra, era el centro del sistema solar. Si bien su teoría se encontró con resistencia al principio, finalmente revolucionó la astronomía y allanó el camino para futuros descubrimientos científicos.