1. Tensado remoto:
* Espectroscopía: Analizar la luz reflejada desde la superficie de una luna puede revelar la composición química de los materiales presentes. Diferentes minerales y elementos absorben y reflejan la luz en longitudes de onda específicas.
* Imágenes: Las imágenes de alta resolución de la nave espacial como el Orbitador de reconocimiento lunar (LRO) y la misión Cassini a Saturno proporcionan vistas detalladas de la superficie, reveladores de características como cráteres, montañas y llanuras. Estas características dan pistas sobre la composición y la historia geológica de la luna.
* radar: Enviar señales de radar a una luna y analizar las señales reflejadas puede revelar la textura de la superficie y la presencia de materiales subterráneos.
2. Análisis in situ:
* misiones de retorno de muestra: Traer muestras de la superficie de la luna permite un análisis detallado de laboratorio. Esto fue hecho por las misiones del Apolo a la luna y por las misiones de Hayabusa a los asteroides.
* Landers and Rovers: Misiones como los Viking Landers en Marte y el Yutu Rover en la Luna han desplegado instrumentos para analizar directamente la composición de la superficie.
3. Análisis de meteorito:
* meteoritos lunares: Estudiar meteoritos que se han originado de la luna pueden proporcionar información sobre su composición y formación.
4. Modelado teórico:
* Simulaciones por computadora: Los científicos usan modelos de computadora para comprender los procesos que han dado forma a las superficies de las lunas, ayudando a interpretar los datos recopilados de otros métodos.
Ejemplos específicos:
* la luna: Sabemos que la superficie de la luna está compuesta principalmente de rocas como anortosita (una roca de color claro rico en calcio y aluminio) y basalto (una roca de color oscuro rico en hierro y magnesio). Estos se descubrieron a través de la teledetección, las misiones de retorno de muestra (Apolo) y el análisis de meteorito.
* europa (luna de Júpiter): Los científicos sospechan que la superficie de Europa está hecha principalmente de hielo de agua, con evidencia que sugiere un posible océano subsuperficial. Esta información proviene de la teledetección, particularmente de la misión Galileo y los modelos teóricos.
Investigación en curso:
Los científicos continúan explorando las superficies de las lunas utilizando la última tecnología, incluidos espectrómetros más sofisticados, cámaras de alta resolución e incluso sondas de aterrizaje. Estos esfuerzos tienen como objetivo responder preguntas sobre el origen, la evolución y la posible habitabilidad de estos cuerpos celestes.